Monday, December 30, 2019

~♥~Una vez quise ser hombre~♥~



"Una vez quise ser hombre para casarme con mi hermana que ya lleva tres divorcios.
Para amar a mis amigas que en cada relación mueren un poco.
Quise ser hombre para fecundar sus vientres, no de hijos, sino de poesía, vino tinto, relojes parados, unicornios azules.
Para decirle a Josefina cuanto admiro su forma de entregarse.
Para escribirle a Rosi esas cartas que no llegan nunca.
Llamar por teléfono a Pilar
que espera tantas tardes.
Llenar de caricias prolongadas
el espacio de Beatriz, que vive sola y le tiene miedo a los temblores.
Quise ser hombre, para amarlas a todas y no sentir más el frío de sus lágrimas en mi playera,
ni mirarlas apagarse, ni presenciar sus funerales
en sus ataúdes de treinta años.
Quise ser hombre para invitarlas a volar el periférico, a bailar descalzas porque el América
le ganó al Guadalajara,
para llevarlas del brazo hasta una cama donde no tengan que fingir orgasmos.
Pero soy mujer y, aunque puedo
compartir con ellas la poesía,
escribirles cartas, llamarlas por teléfono, llenarlas de caricias prolongadas, volar el periférico,
bailar descalzas, secar su llanto,
tocar su alma...
No es suficiente.
No les alcanza.
Porque, desde niñas,
aprendieron que los hombres son un premio al que hay que amar, sin importar si ellos las aman."

-Rosa María Roffiel

Thursday, December 26, 2019

~ ♥ ~Las personas son regalos~ ♥ ~


Las personas son regalos que la vida me ha dado. 

Ya vienen envueltas, algunas en forma muy bella y otras de una manera menos atractiva.
Algunos han sido maltratados en el correo; 

otros llegan como “Entrega Especial”; algunos llegan envueltos, 

otros cerrados con gran rigidez. 

Pero la envoltura no es el regalo y es importante darse cuenta de esto. 

Es muy fácil equivocarse en este sentido, juzgando el contenido por el estuche.
A veces el regalo se abre con facilidad; otras se necesita la ayuda de otras personas. 

Tal vez es porque tiene miedo, quizá han sido heridas antes y no quieren ser lastimadas de nuevo. 

Pudo ser que alguna vez se abrieron y luego se descartaron. 

Quizá ahora se sienten más bien como “cosas” que como seres humanos.
Yo soy una persona. Como todas las demás personas también soy un regalo. 

Poseo una bondad que es sólo mía. Y sin embargo, algunas veces tengo miedo de mirar dentro de mi envoltura. Tal vez temo decepcionarme, quizá no confío en el que llevo dentro. 

Pudiera ser que en realidad nunca he aceptado el regalo que soy.
Cada encuentro y comunicación entre personas es un intercambio de regalos. 

Mi regalo soy yo, tú eres tu regalo. 

Somos obsequios de Dios unos para otros.
Es difícil pensar en ocasiones que aquel que me ha lastimado es también un regalo de Dios, 

pero si vemos la ofensa como una envoltura maltratada y no nos quedamos con ella, 

seguramente encontraremos un hermoso regalo,

 pues de cada suceso Dios nos tiene una enseñanza para crecer en su amor, 

en nuestra fe.
Nosotros mismos podemos tener una envoltura

 tan maltratada por el tiempo y/o las circunstancias, 

pero lo que llevamos dentro siempre será hermoso, 

pues quien lo puso ahí es nuestro Creador, solo tendríamos que ver hacia adentro 

y estar listos para darnos… 

descubre en tu interior todos los dones con los que el Señor te conformó 

y sé el digno regalo para los que te necesitamos.
"Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, 

orando siempre con gozo en cada una de mis oraciones por todos vosotros,

 por vuestra participación en el evangelio desde el primer día hasta ahora, 

estando convencido precisamente de esto: 

que el que comenzó en vosotros la buena obra, 

la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús."
Fil 1:3-6